El Gobierno ha introducido una reforma del impuesto a los gases fluorados (IGFEI) mediante una enmienda insertada en una modificación de la Ley de Transparencia que fue publicada en el BOE el 8 de julio de 2022.
El nuevo impuesto entra en vigor el 1 de septiembre de 2022.
El sector ha mostrado su rechazo a las formas en las que se ha aprobado esta forma el impuesto, mediante una enmienda insertada en una ley que nada tiene que ver con la gestión tributaria, lo que deja a las empresas escaso margen de respuesta y apenas tiempo de reacción.
Con la nueva normativa en la mano, las empresas instaladoras que realicen ventas o entregas al usuario final de gases fluorados o de productos, equipos o aparatos que lo contengan, estarán obligadas a aportar en un certificado o en la factura que emitan la clase de gas fluorado y la cantidad del mismo y el importe del impuesto satisfecho por dichos gases.
Se trata de un tributo que afecta a todo tipo de equipos de refrigeración, como aires acondicionados o congeladores, por lo que la lista de sectores sobre los que repercutirá es infinita: alimentación, automoción, pequeños comercios que vendan estos aparatos.
La medida vendría a encarecer en torno a un 5% las nuevas instalaciones de refrigeración en establecimientos de hostelería y pequeño comercio, y las instalaciones de climatización para uso doméstico y comercial.
Afecta también a los supermercados, la industria alimentaria, la logística y el transporte refrigerado, los electrodomésticos y la automoción.